Cómo maduran mejor las frutas
Hola lectores/as. Hoy os voy a dar unos consejos esenciales para comer las frutas en su mejor momento.
Aguacates:
La temperatura óptima para su maduración es entre 15 º y 24 º, por lo que deben dejarse madurar fuerza de la nevera, y una vez que estén maduros, se meterán en el frigorífico. Si los metes verdes en la nevera, se estropearán y nunca madurará.
Albaricoques:
Si se han comprado verdes, conservarlos a unos 20 º e irán adquiriendo sabor y su característico color anaranjado. Su maduración se acelera al conservarlos cerca de manzanas o plátanos.
Ciruelas:
Si están muy verdes, se pueden dejar madurar unos días a temperatura ambiente. La pulpa se ablandará, pero no se volverán más dulces. Al comerlas deben tener una textura firme y no estar cubiertas de un ligero polvillo mate.
Kiwi:
Al tener un proceso de maduración largo, no puede ser consumido inmediatamente después de ser recolectado.
Manzanas:
En el momento óptimo de consumo debe ser aromática y no resultar harinosa. Si se recogen muy verdes, se pueden acelerar la maduración con una temperatura de conservación más alta.
Melocotones:
Los colores amarillo y rosáceo son el mayor indicativo de que la fruta está madura y lista para su consumo. Hay que fijarse, sobre todo, en que la zona del rabito esté amarilla; cuando todavía está verde tiene aspecto aterciopelado. El tiempo de maduración no aumentará su dulzor, pero mejorará su olor, sabor y textura.
Melones:
Elegir un buen melón es casi una ciencia. Se dice que si está maduro debe resultar pesado en relación a su tamaño. Si huele un poco a "medicamento" es una señal de que está pasado, y si al sacudirlo se escucha un chapoteo, está bien.
Peras:
Si se compran, deben ser firmes al tacto y no tener manchas. No se debe tardar en consumirlas, pues están mejor cuando se cosechan ligeramente verdes. Pueden terminar de madurar manteniéndolas a más de 20 º.
Plátanos:
Su punto óptimo se conoce por el punto amarillo intenso de la piel, que además presenta algunas motas negras. Si no están maduros, la pulpa resulta dura, poco jugosa, insípida y muy áspera. Al conservarlo en el frigorífico la piel se vuelve negra, aunque por dentro no se daña.
Sandías:
No se puede saber si una sandía está madura por la mancha clara que presenta su corteza, ya que esta es la parte de la fruta que ha estado en contacto con el suelo durante su crecimiento. Para saber si está madura, se debe colocar la pieza junto al oído y apretar un poco; si está a punto, la pulpa debe crujir.
Tomates:
Si están verdes no deben guardarse en la nevera. Para maduros hay que mantenerlos a 20º y protegidos de la luz, pues la luz transforma en clorofila los pigmentos rojos, y esto no significa que el tomate esté maduro.
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